Saquon Barkley, un niñero veloz; el corredor de Eagles cuidó a los hijos de su director

Durante su juventud, el corredor de los Eagles se encargó de cuidar a los hijos de su director deportivo Cuando Saquon Barkley llegó a Filadelfia, todos los ojos estaban puestos en sus piernas poderosas, capaces de devorar yardas con la furia de una tormenta. Eagles lo contrató, sabiendo que traían un corredor excepcional, un hombre …

Durante su juventud, el corredor de los Eagles se encargó de cuidar a los hijos de su director deportivo

Cuando Saquon Barkley llegó a Filadelfia, todos los ojos estaban puestos en sus piernas poderosas, capaces de devorar yardas con la furia de una tormenta. Eagles lo contrató, sabiendo que traían un corredor excepcional, un hombre que rompería récords y atravesaría defensas con la elegancia de un bailarín y la fuerza de un tren. Sin embargo, lo que pocos sabían es que Barkley no era sólo un atleta. Detrás de esa máquina de hacer yardas, había un hombre dispuesto a servir, a cuidar a los demás con la misma dedicación con la que perseguía la gloria en el campo de futbol americano.

Más allá de los números, de las estadísticas impresionantes que lo colocan a la cabeza de la liga, está el Saquon Barkley que se convirtió en niñero en su adolescencia, dispuesto a dejar de lado su tiempo libre para cuidar a los hijos de la familia Hartman. Maisey y Zack, hijos de Bob Hartman, el director deportivo de Whitehall High School, quien le encomendó la tarea.

«Nos cuidaba con cariño, como si fuera parte de la familia”, recordó Maisey. “Saquon no era el niñero común. No dictaba reglas estrictas ni imponía horarios; simplemente se aseguraba de que todo estuviera bien, como un hermano mayor”, dijo en una entrevista con un diario local.

En 2014, cuando la familia Hartman necesitaba una niñera suplente, Bob Hartman no dudó en pedirle ayuda a Saquon. Barkley, quien ya demostraba una madurez y responsabilidad poco comunes para su edad. La relación de los Hartman se ha mantenido hasta la fecha y de vez en cuando lo visitan en algún partido.

Esa misma energía, esa entrega, la llevó a Eagles, donde hoy se ha convertido en una figura central, gracias a su habilidad para correr y por su capacidad para inspirar a sus compañeros. Este año, con 1,623 yardas terrestres en 13 partidos, Barkley lidera la NFL. De seguir así, podría convertirse en el cuarto jugador desde el 2000 en alcanzar al menos 1,700 yardas terrestres en sus primeros 14 juegos de una temporada, Con 1,890 yardas de scrimmage en 2024, Barkley se posiciona para ser uno de los pocos en registrar 2,000 yardas de scrimmage en su primera temporada con un equipo.

Pero no son sólo los números los que lo definen. Su presencia en el vestuario, su actitud solidaria, es lo que realmente lo distingue. Al igual que cuando cuidaba a los niños Hartman, Barkley se dedica a ser una presencia constante en la vida de sus compañeros, guiándolos con palabras o simplemente escuchando Cada carrera, cada recepción es una muestra de su dedicación por el equipo. Está dispuesto a hacer lo que sea necesario, por el bien de todos.

Su vida como niñero, aunque parece un detalle menor frente a su brillante carrera en la NFL, revela mucho sobre su carácter. En un mundo lleno de egos inflados y estrellas que viven en sus propios reflejos, Saquon Barkley es una rareza. No es sólo un hombre de números, sino de valores. Y al mirar sus estadísticas, no vemos únicamente las yardas que ha ganado, sino las vidas que ha tocado, la forma en que ha sido un ejemplo tanto en el campo como fuera de él.