Durante su juventud, el corredor de los Eagles se encargó de cuidar a los hijos de su director deportivo Cuando Saquon Barkley llegó a Filadelfia, todos los ojos estaban puestos en sus piernas poderosas, capaces de devorar yardas con la furia de una tormenta. Eagles lo contrató, sabiendo que traían un corredor excepcional, un hombre que rompería récords y atravesaría defensas con la elegancia de un bailarín y la fuerza de un tren. Sin embargo, lo que pocos sabían es que Barkley no era sólo un atleta. Detrás de esa máquina de hacer yardas, había un hombre dispuesto a servir, a cuidar a los demás con la misma dedicación con la que perseguía la gloria en el campo de futbol americano. Más allá de los números, de las estadísticas impresionantes que lo colocan a la cabeza de la liga, está el Saquon Barkley que se convirtió en niñero en su adolescencia, dispuesto a dejar de lado su tiempo libre para cuidar a los hijos de la familia Hartman. Maisey y Zack, hijos de Bob Hartman, el director deportivo de Whitehall High School, quien le encomendó la tarea. "Nos cuidaba con cariño, como si fuera parte de la familia”, recordó Maisey. “Saquon no era el niñero común. No dictaba reglas estrictas ni imponía horarios; simplemente se aseguraba de que todo estuviera bien, como un hermano mayor”, dijo en una entrevista con un diario local. En 2014, cuando la familia Hartman necesitaba una niñera suplente, Bob Hartman no dudó en pedirle ayuda …