‘Fingernails’: Cuando el amor duele tanto como arrancarse una uña

El cineasta griego Christos Nikou desembarcó el pasado sábado en el 71 Festival de San Sebastián (norte) con lo que él llama una “alegoría cómica”, la película Fingernails, que esconde una reflexión crítica contra las nuevas tecnologías. “En general -explicó Nikou en una rueda de prensa-, intentamos buscar un amor que sólo son estereotipos acerca del amor, "pero yo veo …

El cineasta griego Christos Nikou desembarcó el pasado sábado en el 71 Festival de San Sebastián (norte) con lo que él llama una “alegoría cómica”, la película Fingernails, que esconde una reflexión crítica contra las nuevas tecnologías.

“En general -explicó Nikou en una rueda de prensa-, intentamos buscar un amor que sólo son estereotipos acerca del amor, «pero yo veo muchas parejas que van a terapia y buscan el ‘match’ en aplicaciones de internet para sentir que eso que hacen les acerca el uno al otro”, añade.

En la película, el tema es encontrar al “amor verdadero” -una sola persona en la marabunta del mundo-, cuya afinidad se calcula con un test de compatibilidad que detecta el porcentaje de afinidad de la pareja mediante el análisis tecnológico de una uña de la mano de cada uno de los novios.

El aparato es una especie de microondas con un par de lucecitas de colores y un humito que sale al completarse el análisis. “El público no puede conectar con la alta tecnología”, considera el director.

Nikou entra de lleno en una realidad alternativa, en un mundo atemporal de estética retro, donde la única persona que sabe del amor es Hugh Grant en Notting Hill -la cinta está llena de guiños de este estilo-. De hecho, Nikou se ríe de que tiene un iPhone viejísimo aunque la película se emitirá en la plataforma Apple a partir del 27 de octubre y no le han dado uno nuevo.

La cinta la protagonizan Jeremy Allen White, actor en la serie The bear, que interpreta el papel de Ryan, novio de Anna (Jessie Buckley), un chico normal que, después de hacerse la prueba, no tiene dudas. Pero cuando Anna consigue un trabajo en el Instituto del Amor y conoce a Amir (Riz Ahmed), se siente confundida.

Nikou contó también con Cate Blanchett en la producción, aunque -vuelve a la broma- “no encontró ningún papel” que darle.

“Queríamos crear algo que igualara el dolor del amor con algo físico, sabíamos que esas imágenes iban a provocar sentimientos y reacciones incómodas al público, pero con el amor también pasa”, indica.

Nikou afirma que películas como The Truman show -que define como una profecía que le empujó a ser cineasta- o Beginners le han influido en su vida y reitera que no cree en la ‘ciencia ficción’, sino que apuesta más por el término ‘alegoría’. “Tratamos de crear un mundo paralelo al que vivimos, más analógico y más centrado en el pasado reciente”.