San Juan Diego: el vidente de la Virgen de Guadalupe

Beatificado el 6 de mayo de 1990 por el papa Juan Pablo II, es el primer santo indígena de América, cuya festividad es el 9 de diciembre Juan Diego Cuauhtlatoatzin es una figura fundamental en la cultura mexicana, pues según la tradición católica, fue el indígena chichimeca que presenció las cuatro apariciones de la Virgen …

Beatificado el 6 de mayo de 1990 por el papa Juan Pablo II, es el primer santo indígena de América, cuya festividad es el 9 de diciembre

Juan Diego Cuauhtlatoatzin es una figura fundamental en la cultura mexicana, pues según la tradición católica, fue el indígena chichimeca que presenció las cuatro apariciones de la Virgen de Guadalupe en el cerro del Tepeyac en 1531 a la edad de 57 años, y portador del manto «milagroso» en el que quedó plasmada la imagen de La Morenita del Tepeyac, razón que lo llevó a ser canonizado en 2002 por el Papa San Juan Pablo Il

San Juan Diego fue beatificado en 1990 y canonizado en 2002, en ambos casos por el papa Juan Pablo II. Es el primer santo indígena de América y el tercer santo en ser canonizado tras San Felipe de Jesús y el grupo de 27 mártires de la guerra cristera.

Juan Diego nació en 1474 en Cuauhtitlán, entonces reino de Texcoco, perteneciente a la etnia de los chichimecas, y hoy territorio mexicano. Su nombre era Cuauhtlatoatzin, que en su lengua materna significaba “Águila que habla” o “El que habla con un águila”.

Juan Diego perteneció a la más numerosa y baja clase del Imperio Azteca; según el Nican Mopohua, era un «macehualli», o «pobre indio», es decir uno que no pertenecía a ninguna de las categorías sociales del Imperio., ni tampoco formaba parte de la clase de los esclavos.

Juan Diego era un hombre muy devoto y religioso, aún antes de su conversión, cuando él habla con La Morenita del Tepeyac él se describe como «un hombrecillo» o un don nadie, y atribuye a esto su falta de credibilidad ante el Obispo de aquel entonces

Se dedicó a trabajar la tierra y fabricar matas las que luego vendía. Poseía un terreno en el que construyó una pequeña vivienda. Más adelante, contrajo matrimonio con una nativa sin llegar a tener hijos, bautizado junto a su esposa él recibió el nombre de Juan Diego y ella el de María Lucía, por el misionero franciscano Fray Toribio de Benavente